Desde hace tiempo vemos que entre las consultas que nos plantean nuestros seguidores hay una a la que todavía no le habíamos dedicado una publicación en el blog: los vinos para cocina vegetariana.

Son muchas las personas que, por diferentes motivos, han optado por seguir una dieta vegetariana. Es decir, aquella que excluye el consumo intencionado de carne, productos cárnicos y pescado. Una alternativa más restrictiva  es la vegetariana estricta o vegana, en cuyo caso también se prescinde de todo producto de origen animal, como huevos, lácteos y miel, entre otros productos.

El vino no es un producto que proceda de animales ni tenga ningún origen de tipo animal. Por lo que, en principio, no tiene por qué limitarse en este tipo de dietas alimenticias vegetarianas. Salvo… algún caso que explicaremos a continuación.

¿Puede tomarse vino en dietas vegetarianas?

Como indicábamos hace un momento, el vino es uva fermentada. Aunque el mosto recién fermentado no contiene traza alguna de constituyentes de origen animal, durante su proceso de elaboración se le incluyen distintos componentes enológicos que ayudarán a completar su creación. También, para que el vino llegue en perfectas condiciones para su consumo. Estos suelen ser tanto de origen mineral (azufre, cobre) como vegetal (lecitina de soja o plantas infusionadas).

En este punto, no olvidemos que la mayoría de vinos son clarificados. En este proceso, lo más habitual es que la clarificación se lleve a cabo dejando que el vino permanezca en el depósito y, por la acción de la gravedad, sus sedimentos se depositen en el fondo.

Pero, en otros casos, la clarificación se realiza empleando derivados lácticos, clara de huevo o gelatinas de origen animal procedentes, en su mayoría de la piel del cerdo y huesos de animales. Y es entonces cuando estos vinos no son aptos para consumo de quienes siguen dietas vegetarianas restrictivas. Es decir, veganas.

Por ese motivo, se dice que no todos los vinos son para vegetarianos.

Cómo saber si un vino es o no para vegetarianos

La respuesta es muy sencilla. Desde el año 2012 una ley europea obliga a los productores vinícolas a especificar en la etiqueta del vino si en su proceso de elaboración se han empleado derivados de la leche (caseína), del huevo. Y especificar demás su contenido de sulfitos.

Esta información ayuda al consumidor a conocer los posibles alérgenos que pueda presentar el vino y así hacerlo (o no) apto para cada consumidor.

De modo que, simplemente, revisando la contraetiqueta que siempre aparece en las botellas, podremos constatar sus compuestos. Y, por supuesto, si tenemos alguna duda, desde CestaShop siempre animamos a consultar con la bodega productora del vino que es quien dispone de toda la informacion que podamos necesitar.

Vinos para cocina vegetariana y sus mejores maridajes

Si algo está claro es que hay infinitas opciones para combinar platos vegetarianos y vino. Y se siguen las mismas reglas que cuando se elaboran maridajes con platos que incluyen carne, pescado o huevos. Y, se sigan las que se sigan, el objetivo, siempre será crear combinaciones armónicas en las que se potencie bien la armonía o, por el contrario, el contraste de sabores, aromas y texturas que se disfrutarán.

A continuación tienes algunas sugerencias que te pueden ser útiles al crear maridajes vegetarianos.

#1 – El mejor compañero: el vino blanco

Los vinos blancos jóvenes y frescos son la opción con la que «siempre acertar» cuando se sirve un plato vegetariano. En general, suelen ser platos ligeros que requieren vinos frescos para no opacar el sabor de los alimentos que acompañan. Otra opción sería optar por vinos rosados secos o tintos jóvenes.

#2 – Intenta homogeneizar sabores

Tratar de homogeneizar los sabores del plato con los del vino siempre es un acierto. Sobre todo, cuando elegimos platos que comparten aromas o sabores con el vino que los acompañará. Por ejemplo, si vas a servir una elaboración a base de setas, hongos o champiñones, una buena opción sería escoger algún vino con matices de este alimento. Tal vez un vino elaborado con la variedad de uva Pinot Noir o, tambien, Merlot y Tempranillo. ¡Pruébalo y verás qué delicia!

#3 – Combina el tomate con vinos con buena acidez

Muchos platos vegetarianos incluyen entre sus ingredientes al tomate. Es versátil, aporta sabor pero también acidez. Equilíbralo con un vino que también la tenga. Por ejemplo, algún rosado italiano o un tinto joven con algo de crianza.

#4 –  La pasta es neutra pero…

En efecto, un plato de pasta tiene un sabor neutro y aromoniza con cualquier tipo de vino. Pero, si incluye algún tipo de salsa, será esta la que condicione el tipo de vino que puede acompañarla. Si eliges una salsa aceitosa tipo pesto, puedes elegir un vino blanco seco que limpie la sensación grasienta de la salsa. En caso de preferir una salsa más potente elaborada con nata, hongos, pimienta o mantequilla, una buena idea será acompañarlo de algún vino blanco con algo de crianza. Y, si te decantas por una salsa de queso,  elegir un vino u otro dependerá del tipo de queso con que se elabore la salsa (te animamos a consultar el artículo sobre «Maridaje de queso y vino»).

#5 – Las verduras asadas mejor con un rosado

El vino rosado es posiblemente la mejor elección para tomar con un plato de verduras asadas. ¿El motivo? Las verduras de color verde oscuro tienen notas intensas de sabor que hacen que no encajen bien con todos los vinos. Pero, al mismo tiempo, si se elige un vino muy intenso podría tapar el sabor de los vegetales. Así que un vino rosado aportará el punto perfecto de frescura y acidez e, incluso, un punto dulce que va a la perfección con las verduras.

Desde aquí, te animamos a «perderle el miedo» a los platos de la cocina vegetariana y a sus maridajes. Es una alternativa sana y deliciosa que admite riquísimas combinaciones. Y, por supuesto, te invitamos a que compartas con nosotros cuál es tu plato vegetariano o vegano preferido y con qué vino lo acompañas. Nos encantará conocer tus sugerencias gastro.