Payoya Negra Crianza es un vino tinto de la bodega malagueña Finca La Melonera, con 12 meses de crianza en barricas de roble y otros 12 de afinamiento en botella. Con D.O. Sierras de Málaga, está elaborado con 3 variedades de uvas. Se caracteriza por su color cereza intenso, con aroma intenso y notas balsámicos. Y su sabor redondo, suave, fresco y envolvente.
Un vino con gran personalidad que sugerimos servir acompañando quesos de cabra y todo tipo de carnes rojas y de caza.
(Leer Más)Este vino tinto crianza, se elabora con una cuidada selección de uvas de tres variedades: Garnacha, Syrah, Tintilla de Rota. Su proceso de elaboración sigue los métodos tradicionales de la su Serranía de Ronda, una subzona de la D.O. Sierras de Málaga. En ella, la Finca La Melonera trata de recuperar especies al borde de la extinción y en armonía con el paisaje, desde 2006.
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Tipo de Vino
Tinto Crianza
Bodega
Finca La Melonera
Marca
Payoya Negra Crianza
Uvas
Garnacha, Syrah, Tintilla de Rota
Añada
2018
Vol. de Alcohol
15%
Denominación de Orígen
Sierras de Málaga
Temperatura de Servicio
16-18º
Vista
Color rojo rubí intensoNariz
Complejos e intensos aromas a especias dulces, con notas balsámicas y un intenso fondo tostadoBoca
Redondo, fresco, envolvente y equilibrado. Un vino con una marcada personalidadEnvejecimiento
12 meses en barricas de roble francés de Allier. Posterior reposo durante 12 meses más en botellaVista:
Color rojo rubí intensoNariz:
Complejos e intensos aromas a especias dulces, con notas balsámicas y un intenso fondo tostadoBoca:
Redondo, fresco, envolvente y equilibrado. Un vino con una marcada personalidadEnvejecimiento:
12 meses en barricas de roble francés de Allier. Posterior reposo durante 12 meses más en botellaLa bodega Finca La Melonera tiene su origen en 2003. Cuando el bodeguero Javier Suqué, y su equipo, se propuso recuperar una tradición vinícola con más de 3.000 años de antigüedad en plena Serranía de Ronda. Así, junto a un grupo de inversores, inició el proyecto actual.
Su idea era crear “algo diferente”, que dejase huella y rindiese homenaje al cultivo de la vid.
Y, tras investigar en los volúmenes de la biblioteca del Castillo de Perelada, propiedad de la familia Suqué Mateu desde 1923, localizaron un libro en el que encontraron la clave buscada. Escrito en 1807 por Simón de Rojas Clemente, en él se detallaban las características únicas de la Serranía de Ronda y su antigua tradición vitivinícola. Solo interrumpida a finales del siglo XIX a causa de la plaga de filoxera que azotó la zona.
Tras poner en marcha el proyecto deseado, el objetivo se centró en recuperar las cepas autóctonas siguiendo un sistema de cultivo que data de la época de los fenicios. Para cultivarlas aprovechando las condiciones climáticas especiales que aporta el clima mediterráneo unido a vientos atlánticos y el respeto por la agricultura ecológica.